El lenguaje permite la comunicación de los seres humanos, principalmente a través del lenguaje hablado y escrito. En ocasiones, pueden aparecer dificultades en esta comunicación y es entonces cuando aparece la figura del logopeda.
Existe un viejo tópico en el que muchos/as creen que el logopeda se dedica a enseñar a pronunciar la “rr”, pero va mucho más allá de eso. Se trata de una profesión sanitaria que se encarga de la prevención, detección, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación, el lenguaje (oral y escrito), el habla, la voz, la audición y las funciones orales no verbales (respiración, succión, masticación y deglución).
– En cuanto a habla y articulación, podemos encontrar alteraciones como dislalias o TSH (trastornos de los sonidos del habla), retrasos del habla o trastornos de la fluidez verbal (tartamudez).
– Respecto al lenguaje oral pueden existen retrasos en el desarrollo del lenguaje, Trastorno Específico del Lenguaje, Afasias y trastornos causados por daños cerebrales y accidentes cerebrovasculares. En estos casos puede producirse una pérdida de la capacidad de comprensión o de expresión, debido a este daño cerebral. También enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson pueden presentar alteraciones en el lenguaje. Además, podemos observar trastornos del lenguaje asociados a otras alteraciones: autismo, parálisis cerebral o S. De Down. En estos casos mejoramos las habilidades comunicativas y de interacción social, además de favorecer su autonomía e independencia, trabajando su capacidad de comprensión y expresión, y trabajando a nivel orofacial en los casos en los que resulta necesario.
– En el área del lenguaje escrito podemos encontrar Dificultades Específicas de Aprendizaje, alteraciones como la dislexia, disgrafía, disortografía y retraso lector.
– Podemos encontrar alteraciones en el desarrollo del lenguaje y de la expresión debidas a algún problema de audición, como hipoacusias o sorderas. También trabajamos con pacientes con implantes cocleares.
– Alteraciones de la voz, como disfonías, que suelen ser frecuentes en profesionales para los cuales su voz es su herramienta de trabajo. En estos casos se trabajaría para conseguir una correcta función vocal.
– Intervención en motricidad orofacial y funciones orales no verbales. Trabajaremos las estructuras orofaciales que puedan encontrarse afectadas, además de las funciones de succión, masticación, respiración y deglución, por ejemplo: deglución atípica, respiración oral, babeo. Respirar, comer y hablar son funciones clave de la vida diaria que pueden verse afectadas por enfermedades neuromusculares. En los pacientes con daño cerebral adquirido podemos encontrar una patología denominada “disfagia”, la cual supone dificultades para llevar a cabo una alimentación de forma segura. En este caso también se trabajaría con los pacientes para tratar de conseguir una alimentación segura y eficaz.